Feeds:
Entradas
Comentarios

Posts Tagged ‘Guillermo Daniel Binstock’

Placa en el Centro Clandestino de Detención "Automotores Orletti"
2002
Por Adriana Stein Fourman.

  

Ahora que la esperanza abre las puertas;
 
ahora que los huesos aparecen
 
y buscan otros huesos
 
como amantes
 
desesperados de abrazar el tiempo;
 
ahora que las lágrimas
 
han hallado su cauce;
 
ahora que la tierra en su regazo
 
acuna ya a sus hijos;
 
ahora que el antiguo rito
 
puede ser consumado;
 
ahora que los muertos pueden
 
descansar lo que queda
 
de su carne;
 
ahora que la hiel se desprende del llanto;
 
ahora que la esperanza abre las puertas
 
sobre un surco empapado
 
de justicia
 
el futuro es una ecuación posible;
 
 
...ahora que la tierra
 
cubre por fin tus huesos;
 
...ahora que las rosas
 
cubren por fin la tierra;
 
...ahora que sabemos
 
donde velar tu sueño.

Read Full Post »

Guillermo Daniel BinstockA Guillermo Binstock, mi amigo.
Desaparecido en 1976.
Tenía veinte años.

Nunca te escribí. Me han dicho que te vieron hace ya dos años, que tenías un brazo paralizado por la electricidad, que decías que hay que sobrevivir. Me han dicho que te agarraron y te metieron en un coche. Y luego…

Nadie ha podido decirme nada más.

Nunca te escribí. Pero no he dejado de pensarte. ¿Habrás sabido que me acordaba de vos? ¿Que reía abrazando la ciudad en tu espalda? ¿Que era viento en tu moto?

Nunca te escribí. ¿Sabés ahora que te estoy escribiendo? ¿Estás para saberlo? Aquí París a las dos de la mañana. ¿Sentís el viento? ¿Lo escuchás? Qué ganas de estar en Buenos Aires, de caminar por Corrientes, de darte la mano… Qué ganas de jugar con tus rulos, de verte sonreír… Qué ganas de abrazarte y de llorar con vos, Negro.

Hoy me hablaron de vos hoy te escribo. Tengo un vacío enorme en la cabeza. Estábamos juntos. Vivíamos el mismo tiempo. Y de pronto el tiempo se rompió. Nos catapultaron a la dimensión del horror.

Hoy vivimos dos tiempos distintos. El mío está marcado por la rutina cotidiana: me levanto hace frío hace calor qué vestido me pongo quiero un sandwich de jamón y queso y un café bien cargado qué poster me compro… ¿Y el tuyo? ¿Tenés tiempo todavía? ¡Negro! ¿Lo tenés? -Los presos se mueren de hambre- dijo Tito. Y añadió: -El general ordenó matar a todos los prisioneros políticos de Córdoba-.

Guillermo… ¿Cómo medís tu tiempo? ¿Cuando tenés hambre? ¿Cuando sentís dolor? ¿Cuando esperás cuando extrañás cuando recordás cuando desesperás? Voy a encender un cigarrillo. ¿Hace cuánto tiempo que no fumás?

¿Qué hora es? ¿Tenés hora? Por favor Negro, decíme que tu reloj tadavía funciona… ¿En qué esquina se estrelló tu moto? ¿Qué pesadilla te robó la alegría? ¿Qué abismo te tragó? Es tarde, Negro. Quiero volver. Decíme que estás ahí y lleváme a casa. Por favor…

¿Estarás? ¿Estarán? ¿Estaré? …Sueño con vos Guillermo. Sueño con todos. Y Buenos Aires tiene tu rostro, y el de Carolina, y el de Marcelo… Buenos Aires eran ustedes, Negro… Buenos Aires eras vos, era ella, era él.

¡Negro! ¿Me escuchás? Vos sabés mejor que yo que ya no quedan palabras. Y que te quiero.

París, febrero 1979

Por Adriana Stein Fourman

Read Full Post »